“Si vuelvo la vista atrás, lo veo todo desenfocado” Así me contaba Errol Eisner, un norteamericano de Oregón, afincado en el barrio de Argüelles desde hacía casi veinte años. Era un hombre de cuerpo firme que producía una sombra lánguida. Y cada día de la semana tenía una manera distinta de caminar, la de los jueves era la que más me gustaba. Me recordaba a mi hermano mayor, fallecido hacía unos años en el fragor de su particular batalla. Aquel jueves de otoño habíamos quedado para pasear por el Retiro, él lo llamaba “desrumbear” que era caminar sin destino y sin ganas de volver a casa. Porque él siempre decía que tenía una casa, no un hogar. Tras más de dos horas de caminar pausado, nos encontramos ante dos árboles, uno recto, el otro torcido. Se paró quieto, firme y solemne como un creyente ante Cristo o la Virgen. Murmuraba entre dientes y parecía que oraba.
-Lo que es la vida, estos dos árboles parecemos mi hermano y yo cuando teníamos diecisiete años. Mi hermano siguió su línea recta y yo tomé la curva y me torcí. Él siguió la línea recta, recibió premios, halagos, pero en la velocidad de la línea recta se estampó contra el muro. Yo, he seguido torcido, acostumbrándome a las curvas y sigo en pie.
Me miró y con ademán de su mano me indicó que siguiéramos “desrumbeando”.
Texto: Pedro Maximiano Cascos
Me encanta Ana!!y esas textura y color ha quedado genial....besos
ResponderEliminarEl texto es muy bello, con esa belleza que tiene la herrumbre de la vida. Y la foto es la hermana de los dos hermanos: la fusión de la curva y la recta.
ResponderEliminarUna imagen realmente extraordinária. Me encanta la post edición y esos contrastes negros y azules.
ResponderEliminarEl texto, como siempre, una maravilla.
Un abrazo Ana
Esa textura resalta muy bien la fuerza de ese árbol en su aparente caminar sin rumbo. Y digo aparente porque su rumbo es la búsqueda de la luz, siempre arriba.
ResponderEliminarUn abrazo,
A destacar el trabajo de texturas, el contraluz inferior muy interesante.
ResponderEliminarEl texto no espero menos de Pedro!
Muy bonita, le va de lujo esa textura a la foto.
ResponderEliminarLa vida da tantas sorpresas....
Saludos
Una fotografía impresionante por lo que tiene de confesión, por lo que lleva de diferencias. El texto es genial y muy bien ligado con la foto. Un abrazo Ana
ResponderEliminarEs tan onírica!!!.. Me gusta Ana :)
ResponderEliminarUna foto que se funde a la perfección con la historia que cuenta. Muy buen trabajo de procesado.
ResponderEliminarAbrazo.
Una foto que se funde a la perfección con la historia que cuenta. Muy buen trabajo de procesado.
ResponderEliminarAbrazo.
Una foto preciosa. Me gustan mucho el color azul y la textura.
ResponderEliminarun abrazo
Ese efecto esta genial.!!! Muy creativo parece el viento!!!Saludos
ResponderEliminarEl texto y la foto van de la mano, magnificas las dos cosas.
ResponderEliminarSaludos
Una fotografía muy especial, sobre todo tras leer ese texto tan conciso pero lleno de contenido, y con un procesado arriesgado pero muy efectivo...el resultado es muy atractivo y artístico, me gusta mucho!!!
ResponderEliminarFelicidades y un gran abrazo, Ana!!! ;)
Curioso tratamiento le has dado a esta foto. Me recuerda a las tramas que utilizabamos en el laboratorio analógico.
ResponderEliminarMuy buena imagen.
ResponderEliminarUn saludo.
Ana, me llama mucho la atención el tratamiento que le has dado a la imagen, la encuentro poética
ResponderEliminarAbrazos!!
Una foto preciosa, con unas texturas y una luz que le hace parecer un cuadro del siglo XIX.
ResponderEliminarEnhorabuena.
¡Qué maravillaaaaa!
ResponderEliminarAbrazote utópico, Irma.-
Muy bueno el trabajo y el texto que lo acompaña, la edicion y las texturas me gustan mucho, saludos.
ResponderEliminarMe encanta Ana, yo soy una apasionada de añadir texturas a las fotos
ResponderEliminarQue preciosidad de imagen, Ana. Llega muy hundo. Me falta tiempo para el texto. Tendré que volver.
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