Las Setas han decidido no perder el tiempo esperando a que unos pies las pisen o a que unas manos las arranquen. Ya no quieren morir en cualquier estómago, tampoco quieren volcar su veneno y matar. Han decidido progresar. Avanzar. Y para ello han cambiado de lugar de residencia; han abandonado los sombríos y húmedos escondites bajo árboles frondosos para disfrutar de la luz y del cielo azul de la Plaza de la Encarnación de Sevilla. Y allí han descubierto que «Sevilla tiene un color especial, Sevilla sigue teniendo su duende, me sigue oliendo a azahar, me gusta estar con su gente». Ahora viven sin miedo a la claridad y son ellas las que protegen del sol a paseantes que las admiran. También aprenden de la inocencia de los niños que juegan bajo sus sombreros. Con el cambio han salido ganando.
Y vosotros, ¿qué pensáis de los cambios? ¿Creéis que son buenos? ¿O, por el contrario, sois de los que piensan que Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer, y seguir, seguir en la misma sombra hasta morir de oscuridad?
lunes, 25 de abril de 2022
EL BOSQUE DE LA LUZ
viernes, 18 de febrero de 2022
“Palacio de invierno”
Henry David Thoreau
domingo, 16 de enero de 2022
EL AZAR
jueves, 30 de diciembre de 2021
LA ROSA DE LA NIEVE
Texto: Arantza Álava
viernes, 10 de diciembre de 2021
“Nunca está de más ser coqueto”
Tu oficio es cotidiano y decisivo: mientras alumbre el sol, serás ardiente; mientras dure la vida, estarás vivo.
domingo, 28 de noviembre de 2021
RETORNO AL HOGAR.
Texto: Pedro Maximiano Cascos
domingo, 26 de septiembre de 2021
Los espejos
Los espejos se emplean para verse la cara, pero el arte para verse el alma.
miércoles, 8 de septiembre de 2021
Anoche soñé...
FELIZ DÍA DE EXTREMADURA.
La última noche había soñado que salía de casa, sin que nadie lo viera. Era noche de verano, con un calor plomizo, y sin darse cuenta caminaba cerca de la aguas del Guadiana. Alzó la mirada y allí estaba, arriba del cerro, el castillo que parecía nuevo como si lo hubiesen reparado. Ahora caminaba por el puente romano, todo el pueblo de Medellín estaba en silencio y el calor de la noche se mantenía con firmeza. En el castillo se parecía oír un murmullo, similar al agua del río Guadiana en la quietud de la noche. Alguien estaba detrás de él y no se había dado cuenta, se giró y vio a una persona, no sabría decir si hombre o mujer. No tuvo miedo. Esta persona tomó su mano y sin saber por donde, apareció en un pasillo donde fue recibido por familiares y amigos a los que hacía años no veía.
-¿Me están esperando?
En ese momento despertó y salió a la calle a pasear por el puente romano, lo cruzó rápido sin mirar al castillo y nadie en su camino.
Texto: Pedro Maximiliano Cascos
domingo, 8 de agosto de 2021
Caminos de Dios.
Antes del despertar definitivo a la vida, se pasa por una larga somnolencia, en la que por lo general, aunque aparezca alguna lágrima, esta queda ahogada por las risas de los juegos y por una inocencia que se cree invencible, desconocedora de los peligros que acechan. Se toma a Dios por alguien cercano, que siempre está ahí. Cómo lo está la curiosidad, cualquier cosa cotidiana asombra y la sorpresa es moneda corriente. Todo parece bonito y la muerte como algo que de tan lejano que resulta, no crees que te pueda golpear. El horizonte es amplio y luminoso y cuando Dios y el Diablo echan un pulso, siempre gana Dios. ¡Bendita inocencia!.
Texto: Pedro Maximiano Cascosviernes, 16 de julio de 2021
"La cuesta de la vida"
La vejez... es la antesala de lo inevitable, el último camino transitable
ante la duda... ¿qué vendrá después?...
La vejez... es todo el equipaje de mi vida,
dispuesto ante la puerta de salida
por la que no se puede ya volver.
La Vejez
Alberto Cortez
(He vuelto a subir esta foto, la subi hace años, pero he quería ir recuperando alguna entrada)
miércoles, 30 de junio de 2021
Donde habita el agua (La Siberia Extremaña)
En 1926 bajo la dictadura de Primo de Rivera, hubo en algunos medios una campaña a favor de esta comarca, queriendo limpiar su nombre y fama. En un principio el término Siberia aludía a algo peyorativo, atraso e incomunicación. Cuando se hablaba de Siberia, el imaginario popular se iba a esas tierras rusas, que si bien pocos habían visitado, la sola palabra evocaba una inhóspita soledad. De pueblos desperdigados y mal comunicados hablaban los comerciantes y visitantes de antaño. Pero estos pueblos lejos de sentirse ofendidos han adoptado el nombre como identidad propia y le han dado su apellido, la Siberia extremeña, ni mejor ni peor que la de Rusia, pero diferente y con personalidad propia, la que le confieren sus paisajes aún por descubrir y una naturaleza sin quebrar. Todo ello bajo el manto de unos cielos únicos que se suceden unos a otros tras cada día, cuando es su turno, pactado entre Cronos y Gaia.