Artistas en la Calle-Madrid

Elijo a Pepe, a Juan, al Zurdo…el líder del patio del colegio, con un aire de predestinado caudillo seleccionaba para sí a sus jugadores, dóciles gregarios que al escuchar su nombre pronunciado con tanta fuerza por su jefe, se les veía henchidos de alegría. El resto….eran los parias, (que cruel es a veces la infancia), que cabizbajos buscaban otro lugar. La infancia es un cruel y preciso ensayo de lo cabrones y estúpidos que seremos en la edad adulta para con nosotros mismos y los demás. El mundo del arte no es tan diferente de ese patio de colegio, donde algunos jugaban partidillos creyendo disputar la final del mundial. En tiempos de democracia y sociedad del bienestar, no en todas las ocasiones(como siempre) el talento va acompañado de oportunidades y premios, aplausos que regalen el oído y dinero para que no nos regalen limosnas. Las puertas de los selectos escenarios son difíciles de abrir. Menos mal que nos queda la calle, para esos otros artistas invisibles, para que podamos verlos, para el ojo y el oído que lo quieran. 

Actores, estatuas humanas, músicos, malabaristas, sorprendentes a menudo, incomprendidos casi siempre, dan lo mejor de sí a cambio de nuestra exigua voluntad cuando se traduce en dinero, pero con la misma vocación de quien entrega su vida en un monasterio rezando a Dios y temiendo al demonio, estos anónimos artistas rezan a las musas y temen al público y los vaivenes de la vida, esa incertidumbre de la que tanto se habla en estos tiempos de crisis. El artista por vocación es como las flores que crecen en la basura, basura hay mucha y las flores escasean.

Texto: Pedro Maximiano Cascos

Nadie es Charot, Todos somos Charlot

El mudo acordeón

Un espejo, El Otro Yo