Siendo niño eres capaz de encontrar cosas con las que dejar el dolor, con las que distraerlo. Al ir haciéndote mayor esas cosas van desapareciendo. Entonces el dolor va ocupándolo todo. Hasta que ya no queda ningún sitio donde mirar. Quizás sólo hacia dentro, hacia uno mismo.
Historias del barrio (Gabi Beltrán y Bartolomé Seguí)
La infancia, ese gran momento para experimentar y descubrir cosas nuevas.
ResponderEliminarExtraordinária imagen Ana, con una luz fantástica.
Un fuerte abrazo
Me encanta la composición con ese triángulo que forman los tres niños y los dos perritos alineados que parecen recorrerlo. Los reflejos y brillos en el agua son muy buenos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Una entrada llena de sentimiento y verdad. Buen trabajo, Ana.
ResponderEliminarUn abrazo.
La imagen es chulisima, Ana. Estoy de acuerdo con las palabras que dice Miguel. Y doy fe de lo que dice el texto.
ResponderEliminarUn furerte abrazo.
Bella fotografía!!
ResponderEliminarAbrazos.
Muy buena imagen, amiga... Me encanta el dinamismo de la escena
ResponderEliminarla foto contradice a la pesadumbre de la entrada... me gusta... saludos...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, la frase es triste y la escena alegre. Muchas gracias por comentar.
EliminarQue bien has trabajado la regla de los tercios en la imagen. Te felicito.
ResponderEliminarSí, Ana, hemos coincidido en el título ;)
Besos.
Me encanta ese reflejo de la luz en el primer plano de la foto... los niños con sus peludos...una delicia
ResponderEliminarUn abrazo Ana
Simpática foto, Ana, con una bonita composición.
ResponderEliminarSaludos.
Un momento divertido y lleno de luz has captado, Ana. El encuadre es genial. Aunque no me gusta la cita, me parece muy triste.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si posiblemente tienes razón en que la cita es triste, quizás tenia que haber elegido una más alegre, pero cuando hice la entrada es como me sentía. Un beso
EliminarBonita toma. El texto ala acompaña con sabiduría.
ResponderEliminarUn saludo.
Bella foto, Ana...pero esta niña del fondo, quedando casi solo en una silueta...y alejada de las demás...le da una dimensión muy distinta de lo que a primera vista parece una bonita foto de un bonito momento en la playa...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
La melancolía de la infancia se resuelve volviendo a ella de distintas maneras posibles: una tal vez esté en una mirada, que se vuelve fotografía, y otra, más cercana aún cuando participas de ella, hundiendo, como hacen los niños, los pies en la arena.
ResponderEliminarAbrazo, Ana.